La Casa Blanca
Helio Vera
CAPÍTULO 1
Asunción, 13 de agosto de 1947, 9 de la noche.
Ahora te irás, Paulette, y quién sabe cuándo volverás a disfrutar de la amigable tibieza de la Casa Blanca, la solidez de los gruesos muros encalados, la confiable dureza de las rejas de hierro forjado que protegen las altas ventanas y la cercanía de las columnas centenarias que sostienen los balcones y definen el perímetro de la galería. Por ahora, y no sabemos por cuánto tiempo, debes alejarte de este escenario que se desploma sobre tu pobre cabeza; alejarte para ponerte a salvo de acechanzas cuya gravedad no alcanzas a medir pero que presientes demasiado cercanas. Debes irte, y no podrás volver hasta que las cosas se aclaren, si es que se aclaran algún día.
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