Más allá del sol

 Por Milia Gayoso Manzur

Recuerdo tus ojos pillos cuando nos presentaron hace muchos años en un pasillo del diario Noticias, cuando fui a visitar a mis amigas Mary Cruz Najle y Lita Pérez Cáceres. Chispitas te salían, de puro seductor nato y te preguntaste por qué nos conocíamos recién, de jodón, nomás.
No compartí contigo tertulias ni redacciones de diarios, donde la gente de nuestra laya (escritores-periodistas), aprenden a hacer camino en ambos oficios en medio del divino barullo de máquinas (de escribir, computadoras, impresoras, etc.), guampas, risas, gritos, cafés y hasta de vendedores varios y a hacer amistades para toda la vida. Pero al igual que muchos compatriotas, disfruté de tus columnas y de tus textos, donde dejabas ver tu capacidad increíble para escribir con humor, algo tan difícil en este país, donde solemos privarnos de algo tan beneficioso como la risa … y de los motivos para reírnos

Hace días que varios colegas escriben sobre lo mucho que dejaste con tu obra. Pero hoy yo quiero contarte de una ilusión que me ha crecido desde que te fuiste a buscar el hueso más allá del sol. Entrando a la página web que creaste hace apenas unos meses, no dejo de asombrarme con la cantidad de gente que te comenzó a escribir apenas te internaron. Algunos te deseaban pronta recuperación, otros ya te decían que tu trabajo era importante para ellos y te pedían que te mejores pronto. La cantidad de notas dejadas en tu página desde tu fallecimiento, es increíble. Creo que es la primera vez que ocurre en Paraguay, un hecho como este.

A partir de “Que honor para Caronte el haberte transportado al otro lado del río”, ciudadanos de todo tipo, y de todas partes te han dejado sus palabras de desconsuelo y de agradecimiento. Este pueblo, que se resiste a expresar sus sentimientos, lo hace. Mujeres y hombres adultos y jóvenes que apenas empezaban a escuchar tu nombre, te escriben y te hablan de su sentir. Eso es algo fantástico.

Entonces me ilusiono, y pienso que tu  partida Helio Vera, que tu vida y tu herencia, con tus defectos y tus virtudes,  han hecho que una parte importante de la sociedad paraguaya exprese su tristeza, incluso por escrito, sin pudor alguno. Y que tal vez, esto sea una chispa que encienda una mayor preocupación para lograr que gente como vos, sea más  apreciada en vida. Y aún, más. Esto quizás logre que la gente  escriba y lea mucho más. Porque un pueblo que lee amplía sus conocimientos y su horizonte y de esa manera va a valorar más lo que tiene y sabrá expresar lo que siente. Entonces ya no se dejará manipular, ni ocultará sus sentimientos por miedo o timidez.

La Nación, marzo de 2008